Invertir en un instrumento de deuda es un préstamo que haces al desarrollador y cuenta con una tasa fija y un plazo definido.
Mientras que en una copropiedad puedes estar por un tiempo indefinido y los rendimientos suelen ser variables, además, implica ser dueño de un inmueble, negocio o proyecto inmobiliario; es decir que al invertir nos “subimos al barco” del negocio o empresa en la que invertimos.
Una inversión de copropiedad no tiene una obligación garantizada implícita, más bien, implica esperar a que el negocio se lleve a cabo y que seamos parte dueños de las ganancias o pérdidas que este genere.
Pero entonces, ¿cuáles son las principales diferencias entre una inversión de copropiedad y una de deuda?
La deuda nace de un contrato de crédito o préstamo, e implica una obligación (que puede o no estar garantizada) que se debe cumplir en un plazo y con una tasa. La copropiedad nace de una operación en la que se adquiere una participación en una empresa o negocio, y no tiene una obligación implícita.
La deuda necesita tener un plazo establecido y una tasa fija. En copropiedad no se tiene un plazo, tampoco una tasa. Si bien, cuando se hace una invitación a invertir en un instrumento/proyecto de copropiedad se puede mencionar un plazo estimado y un retorno estimado, no existe ningún tipo de obligación contractual sobre dichos plazos y tasas. Aquí podemos detallarte más al respecto.
La deuda, independientemente del tipo de deuda, suele tener prioridad de cobro sobre las demás fuentes del negocio. Al ser dueño o copropietario, tus rendimientos generalmente están subordinados a la deuda y su retorno depende 100% del resultado del negocio, si el negocio va bien habrá ganancias, y si no sale como es esperado, habrá pérdidas.
La deuda por lo general paga intereses. En copropiedad se pueden pagar rendimientos/rentas (dependiendo lo que indique cada proyecto).
En deuda, el desarrollador hace una retención por el 20%. En copropiedad, el tratamiento fiscal para los inversionistas cambia y se detalla el funcionamiento en cada proyecto.
Cuando inviertes en deuda, puede existir una garantía para respaldar las obligaciones (como es el caso de las garantías hipotecarias). Cuando inviertes en copropiedad, lo que respalda la inversión son los activos que se adquieran, ya sean tangibles o intangibles.
Invertir en copropiedad es un tipo de inversión en la que se tiene menos certeza del resultado y tiempo que durará el negocio, pero se puede obtener un mayor rendimiento e incluso un incremento de valor (plusvalía) de los bienes adquiridos.
A manera de resumen, te compartimos la siguiente tabla donde resaltamos las diferencias entre ambos instrumentos:
Diferencia / Instrumento | Deuda | Copropiedad |
Plazo | ||
Rendimiento | Tasa fija | Variable en función del resultado del negocio |
Ganancias | Intereses | Rendimientos / Rentas + plusvalías |
Tratamiento fiscal | Retención 20% ISR sobre intereses generados | Dependerá del proyecto |
Prioridad de pago | Primer lugar | Dependerá del proyecto |
Respaldo de la inversión | Inmueble en garantía | Inmuebles y activos del negocio |
Estructura legal del respaldo | Garantía hipotecaria / fiduciaria | Fideicomiso |
Documentación del financiamiento | Contrato de crédito | Participación fiduciaria |
Evaluación de riesgo |